10 consejos para hacer una buena presentación
Hacer una presentación puede ser una experiencia estresante, ya seas un profesional experimentado, un empleado en prácticas o un estudiante, sobre todo si no es en tu idioma nativo. Pero con un poco de esfuerzo, y con estos 10 consejos, puedes hacer que tu presentación pase de buena a excelente.
De mis años de experiencia haciendo presentaciones, una parte importante de mi trabajo como profesor de inglés, y viendo las presentaciones de mis alumnos casi a diario, he extraído estos consejos para hacer presentaciones excelentes.
Usa el silencio
Por lo general, a la gente no le gusta el silencio. Es molesto. Es incómodo, de ahí la expresión «silencio incómodo». Pero durante una presentación, el silencio puede ser tu aliado. Cuando salgas al escenario, todos los ojos estarán puestos en ti. ¿Qué deberías hacer? Simplemente nada. Disfruta del silencio por un momento. Respira hondo. No te muevas. Puede ser incómodo, incluso raro, pero hazlo. Observa cómo el público se inclina con expectación, con ganas de escuchar lo que estás a punto de decir.
Y usa el poder del silencio a lo largo de tu presentación. Usa el silencio para crear suspenso. Para enfatizar. Y evita abusar de esas desagradables muletillas, como o sea, vale, bueno, bien, digamos, etc.
Comprende el lenguaje corporal
Los expertos dicen que el 55 % de todas las comunicaciones salientes son no verbales. Al hacer una presentación, es necesario usar un lenguaje corporal marcado. Trata de no moverte demasiado. No hagas clic con el bolígrafo. No arrastres los pies ni te tires de la ropa. No bosteces (si puedes evitarlo). Y trata de no ponerte delante de las imágenes cuando hagas la presentación. Parece obvio, pero recuerda… si te pones delante de las imágenes, el público no podrá verlas. Y cuando te muevas, hazlo deliberadamente.
Cuenta una historia
A las personas nos encantan las historias, nos encanta escucharlas y contarlas. A todos, sin excepción, nos encanta una buena historia. Por lo tanto, para comenzar tu presentación, ¿por qué no usar algo con lo que conectemos profundamente todos y cada uno de nosotros… una historia? «Hola, señoras y señores. Hoy quiero contarles una historia…». Y debería ser una historia personal. Puede ser sobre ti o sobre otra persona. Puede ser histórica o futurista. Pero debe ser una imagen con palabras que active los sentidos y lleve de viaje al público.
Sé visual
Una imagen vale más que mil palabras. Las imágenes son más eficaces que el texto. Quizá el error más común al hacer una presentación es un uso excesivo del texto. Es algo problemático por una simple razón. Tú hablas durante la presentación. Si hay demasiado texto en la diapositiva, el público lo lee. Si el público está leyendo, ¿qué es lo que no hace? Escucharte.
Además, la gente suele recordar mejor las cosas si tienen una imagen que puedan relacionar con las mismas, es un hecho científico. En realidad no importa lo que sea: un hecho, una estadística o una historia. Si asocias una imagen, es más probable que lo recuerden.
Haz contacto visual
El contacto visual es otro aspecto importante del lenguaje corporal. Si usas notas (lo que es totalmente correcto), no mires hacia abajo ni estés leyendo todo el tiempo. Apóyate en las notas para refrescar tu memoria y evita mirar hacia abajo tanto como sea posible. Procura que las notas sean sucintas.
Y, cuando interactúes con el público, escudriña la sala. Mira a los ojos de algunos miembros del público y continúa escudriñando la sala. De esta manera, la charla parecerá más una conversación. Como si estuvieras hablando con ellos, no para ellos. Y no te centres en un solo miembro del público (por ejemplo, el profesor, el entrevistador, el juez, etc.). Eso sería extraño.
Involucra al público
A las personas se les pueden dar bien muchas cosas. Prestar atención puede no ser una de ellas. El adulto promedio tiene una capacidad de atención que oscila entre los 8 segundos y los 20 minutos, más o menos. Si consigues que el público haga algo durante tu presentación, prestarán más atención y se involucrarán más. Puedes plantear alguna pregunta y pedir que te respondan. O puedes pedir que levanten las manos. Por ejemplo, puedes decir: «Cierren los ojos y recuerden algún momento en que…». También puedes contar un chiste para hacerlos reír.
Hagas lo que hagas, no seas previsible. El público podría aburrirse, empezar a mirar el teléfono o cerrar los ojos, pero si te diriges a ellos directamente conseguirás que se centren en lo que estás diciendo.
Habla más despacio
En pocas palabras, hablar demasiado despacio durante una presentación es prácticamente imposible. Habla más despacio y luego habla aún más despacio. Vocaliza. Y no te preocupes por tener una pronunciación perfecta o una gramática impecable. Al público le preocupa eso menos de lo que piensas.
Es particularmente importante recordar esto al hacer una presentación en un idioma que no sea tu lengua materna (en inglés, por ejemplo). Puede que sientas inseguridad con respecto a tu nivel de inglés, pero no deberías. En última instancia, lo importante es lo que dices. Por ello, debes dejar claro tu punto de vista y centrarte en hacerlo con confianza.
Menos es más
Salvo los fines de semana y los días festivos, la mayoría de las cosas de la vida son demasiado largas, no demasiado cortas. Piensa en ello… tu clase, reunión, conferencia o vuelo más reciente. Sea lo que sea, ¿pensaste al acabar que había sido «demasiado corto»? Probablemente no. Así que tenlo en cuenta. Cuánta más información escuche el público, más olvidará. Cuanto más olvide, menos recordará. Por ello, haz que la presentación sea simple y clara. La frase «menos es más» es totalmente aplicable en este caso.
Acábala bien
La manera en que finalices la presentación es casi tan importante como la manera en que la comiences. Hazte esta pregunta: ¿qué es lo más importante que ofreces? ¿Cuál es el mensaje subyacente de toda la presentación? Elabora una frase que capture este mensaje. Y haz que sea algo que merezca la pena compartir. Concluye con una idea eficaz que resuene en las mentes del público.
Da las gracias
Los miembros del público acaban de darte algo muy valioso: su tiempo. Agradéceselo.