8 motivos por los que viajar te hace madurar
Viajar es emocionante. No siempre es glamuroso –por ejemplo, puede que te pique una medusa o que te roben la cartera- pero te hará madurar, crecer como persona, a la vez acumulas en tu baúl de los recuerdos experiencias inolvidables e irrepetibles.
He aquí 8 razones por las que te harás más maduro/a y ya nunca serás la misma persona:
1. Paciencia
Viajar pone a prueba tus límites. Puede que el tren que tengas que coger se retrase o incluso se cancele, o puede que la cola para visitar el Louvre sea tan larga y tediosa que te haga sentir que has envejecido 5 años de repente. En cualquier caso, te guste o no, aprenderás a ser más paciente.
2. Choque cultural
Sucederá. Aunque en qué grado dependerá de cada persona. En 2006, la BBC se hizo eco de la noticia de que una media de 12 turistas japoneses sufren al año el llamado síndrome París, un ataque de nervios asociado al choque cultural de visitar París por primera vez. Supuestamente, los turistas se desilusionan al enfrentarse a la realidad de lo que es París, muy diferente a su idea romántica e idealizada de esta icónica ciudad. La reacción debe ser algo así como: “¿Qué? ¿Que en París hay personas sin hogar, huelgas y en el metro huele mal?” Pues, ¡sí! ¡A disfrutar!
3. Relaciones a prueba
No importa con quién viajes (amigos, novio o novia, tu perro…), tu relación con ellos se pondrá a prueba. Viajando vivirás situaciones de estrés y cada uno se enfrenta a ellas de manera diferente. Así que tu relación con las personas que viajes se debilitará o se reforzará: Una de dos, puede ser que te dejes de hablar para siempre con ellas o puede ser que os convirtáis en amigos del alma.
4. Amistades
Especialmente si viajas solo/a. El estar lejos de casa, rodeado de extraños, te llevará a hacer amistades en los sitios más insólitos e inesperados: tu albergue, un taxi, en una tienda de kebabs. Aprovéchalo, puede que se conviertan en amigos para toda la vida.
5. Cambio de perspectiva
Probablemente tendrás tus ideas formadas acerca de la vida o de una cultura en concreto. Esto puede cambiar cuando viajes. Y lo más seguro es que así sea. Si no es así, confirmarás las ideas que ya tenías formadas y te entenderás mejor a ti mismo. En cualquier caso, el resultado final es: crecerás como persona (¿lo ves?)
6. Adaptación al cambio
Mentalízate: La única constante es el cambio. Este principio aplica tanto a la vida en general, como a los viajes en particular. Sobre todo si, por poner un ejemplo, un volcán en Islandia decide entrar en erupción y poner el tráfico aéreo patas arriba durante semanas. (Sí, estoy hablando contigo, ¡Eyjafjallajökull!) Cuanto mejor te adaptes al cambio, mejor podrás sortear los imprevistos que te deparan en esta vida.
7. Despego por lo material
Esto realmente va de la mano del número 6, ya que a veces las cosas materiales que consideras imprescindibles puede que no estén siempre disponibles. Así que si, por poner un ejemplo, se te estropea la plancha del pelo porque la has utilizado en un voltaje equivocado, te darás cuenta de que a fin de cuentas tampoco la plancha es tan importante, y no te importará llevar un look más salvaje y natural.
8. Aprender a valorar más las cosas
Se suele decir que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. ¡Verdad como un templo! Prescindir durante una temporada de tus objetos más preciados hará que cuando vuelvas los valores muchísimo más. Así que sí, después de tus viajes, puedes volver a tu look de pelo perfecto.
Aunque viajar no te cambiará de la noche a la mañana o te transformará en alguien totalmente diferente, te ayudará a crecer y madurar. Cuanto más viajes, más madurarás y más aprenderás sobre ti mismo.
¿Conclusión? Nunca dejes de explorar el mundo.